Durante muchos años se culpó a los carbohidratos de la obesidad (algunos todavía lo siguen haciendo), otros culpan al azúcar, algunos venden un suplemento mágico capaz de convertirte en un súper héroe en cuestión de días, otros tienen la fórmula mágica para que pierdas peso, algunos afirman que son sus hormonas las que no te permiten perder peso, otros claman que el ayuno intermitente es la única forma de perder peso, algunos están seguros de que deberíamos comer nuestros ancestros (dieta paleo), otros aseguran que deberíamos dejar de consumir carne y que ese es el estilo de vida más saludable que existe (vegetarianos).
Parecería que cada uno tiene su propia interpretación de la realidad, pero:
¿Existe alguna evidencia de lo que estas personas aseguran o afirman con tanta seguridad?
¿Quién está en lo cierto con lo que afirma?
¿A dónde puedo acudir para lograr aclarar mis dudas?
La respuesta está en la ciencia. La ciencia es la forma que tenemos los seres humanos de entender como el mundo funciona, así de simple y de complejo. En el mundo suceden muchas cosas al mismo tiempo, muchos procesos en simultáneo, para poder entender y observar detenidamente como estos procesos en realidad funcionan, debemos acudir a la ciencia.
Ante todo, existe siempre una realidad objetiva y para poder definir esa realidad debemos acudir a la ciencia. De esta forma evitamos que las cosas queden sujetas a la interpretación personal de cada uno y se vuelva un proceso subjetivo en el que las personas pueden decir: “esto funciona para mí”, “yo creo que es así”, “me parece que está bien así”, etc.
En el campo del Fitness cuando se realiza un trabajo de investigación se ponen a prueba diferentes variables para intentar entender como el ser humano debería entrenar y alimentarse de forma óptima para lograr sus objetivos de la manera más efectiva. Y este proceso es sumamente complejo porque existen muchas variables en juego que incluso podrían confundir los resultados de una investigación.
Es por eso que existen personas afirmando que la leche es mala para la salud y que no deberíamos consumirla, muestran algún trabajo de investigación y en eso apoyan toda su hipótesis. Por otro lado alguien puede afirmar lo contrario y mostrarte una versión diferente. ¿Quién está en lo cierto? Una pelea de ciencia (por lo cierto, a la gente le encanta ver personas pelear).
Desafortunadamente esta no es la mejor manera de interpretar a la ciencia. Lo que deberíamos hacer es mirar todos los trabajos de investigación que existen sobre el tema que quisiéramos abordar y ver hacia donde apunta el peso de la evidencia.
Por ejemplo, en el caso de la leche, quizás haya 2-3 trabajos que indiquen que la leche puede ser mala o que no tiene ningún beneficio para la salud, y quizás haya 40 trabajos que indiquen que la leche tiene grandes beneficios para la salud y la estética, y que deberíamos incluir lácteos en nuestras dietas.
Esto es solo un ejemplo ilustrativo pero no difiere mucho de la realidad. La ciencia es el camino más seguro hacia la vedad. Gracias a la ciencia se han hecho avances en múltiples áreas como la ingeniería, la medicina moderna, la astronomía, la psicología, etc. El Wi-Fi es producto de un avance científico, hace algunos años nos conectábamos a Internet por medio de un cable de teléfono. Gracias a la ciencia se han descubierto curas para enfermedades terminales y nuevos tratamientos para otras.
En fin, la ciencia es de gran importancia para el mundo y debería ser mejor comunicada para que muchas más personas se vieran beneficiadas de ella. De esta manera elevaríamos la calidad de vida de la población y las personas dejarían de seguir dietas de moda o de gastar dinero en suplementos que no tienen ningún efecto en lo absoluto.
Viva la lógica, la ciencia y el pensamiento crítico.